Los ciclos son parte de nuestra vida. Todo es cíclico: la naturaleza, nuestro cuerpo e incluso nuestra vida.
Por costumbre, intentamos cerrar un gran ciclo y empezar uno nuevo por decisión propia, cuando se termina un año o cuando la vida nos obliga a tomar una decisión y no nos queda otro remedio. Pero también hay ciclos pequeños, que al principio parecen insignificantes pero que nos pueden ayudar mejorar nuestro día a día y llevar a experimentar una nueva experiencia.
Cerrar un ciclo completamente, es la clave para para que una nueva puerta se abra en el futuro y las mismas situaciones doloras no vuelvan a repetirse de nuevo. De lo contrario, si no hemos aprendido la lección que conlleva, corremos el riesgo de volver a atraer la misma situación simplemente con otro decorado.
Quizás esa es la parte, que más cuesta a comprender.
¿Por qué vuelve a repetirse la misma situación, si ya se ha hecho todo lo que se puede para cambiarlo?
La respuesta es porque aún hay algo pendiente que no hayas visto o aprendido, y por lo tanto el ciclo no se ha cerrado totalmente.
¿Y cómo se cierra un ciclo de verdad?
La forma de romper un ciclo experiencial es comprenderlo – tomando conciencia a todos los niveles del aprendizaje.
¿Y cómo se toma conciencia a todos los niveles?
✨Tomando responsabilidad de nuestra parte en la creación.
✨Entendiendo la razón o el patrón común que tiene esa situación con las otras.
✨Incorporando en nuestra mente de forma consciente el propósito de ese ciclo.
✨Aceptándolo completamente y sanándolo en todos los cuerpos del ser humano.
✨Sintonizando con una nueva frecuencia en la cual ya no dejamos generar la misma situación.
Si te apetece saber más sobre cómo cerrar los ciclos, aquí en este vídeo te hablo de ello.
¡Tomate un respiro, prepara tu bebida favorita y disfruta de este Café Virtual!
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